¿Cómo evaluar el riesgo de caries dental y qué se puede hacer para prevenirla?
¿Qué es la caries dental?
La caries dental es un proceso de infección que se produce por la interacción entre las bacterias y los carbohidratos en la cavidad bucal y que, si no se trata, provoca dolor y pérdida de dientes. Es una de las enfermedades más comunes, sólo superada por el resfriado común. La caries dental comienza cuando las bacterias se adhieren a la fina película que recubre la superficie de los dientes con el paso del tiempo debido a prácticas de higiene bucal ineficaces. Estas bacterias interactúan con el azúcar de la dieta, liberando ácido que conduce a la desmineralización de la estructura dental y puede ser visible en el diente como una pequeña mancha blanca. La acción amortiguadora de la saliva conduce a una eventual remineralización, por lo que puede describirse como un proceso dinámico de ambos.
Evaluación del riesgo:
La evaluación del riesgo de cada paciente varía y está determinada por el historial del paciente, sus prácticas de higiene bucal, sus hábitos y su historial médico, que se ajustan a sus necesidades y preferencias. Aunque la placa y el sarro son los factores de riesgo básicos de la enfermedad periodontal, algunos individuos con grandes cantidades de placa pueden no padecer la enfermedad periodontal.
El modelo de desequilibrio de la caries dental destaca tres importantes factores de riesgo:
– Bacterias acidógenas, Gram negativas.
– La función salival.
– Hábitos, incluyendo la cantidad de consumo de azúcar, el tabaquismo, la mala higiene bucal.
La flora microbiana de la boca de un individuo es un gran determinante en esta progresión, siendo predominantes los Streptococcus Mutans y los Lactobacili. Existe una correlación positiva entre estas bacterias y la acumulación de biofilm en la placa. Estas bacterias interactúan con la estructura del diente, lo que conduce a la desmineralización final y, si no se contrarresta con la remineralización, se produce la cavitación.
La función protectora de la saliva ayuda a eliminar el entorno ácido de la boca inducido por la ingesta de alimentos azucarados y una producción salival inadecuada induce la caries dental. La función salival puede evaluarse mediante la anamnesis o mediante pruebas en el consultorio para evaluar el flujo salival, la consistencia y la capacidad de amortiguación de la saliva.
La dieta está directamente relacionada con el PH de la boca. Las enzimas salivales descomponen los carbohidratos y reducen el PH.
Prevención:
Se pueden tomar varias medidas de protección para detener la caries dental y prevenir la gingivitis y la periodontitis provocadas por ella.
Las medidas preventivas básicas incluyen modificaciones en la dieta, educación del paciente, buenas prácticas de higiene bucal que induzcan la eliminación de la placa, como enjuagues bucales antibacterianos, regulación del flujo salival, uso de chicles de xilitol sin azúcar.
Si bien el cepillado y la higiene bucal eficaces son prácticas dentales rutinarias que deben incorporarse, algunas formas adicionales de combatir la caries dental son las siguientes
– Aplicación tópica de flúor: las dosis bajas son eficaces y tienen una acción protectora contra la caries
– Selladores de fosas y fisuras para evitar la acumulación de placa en las zonas más profundas, que también son más propensas a la caries.
– Agentes antimicrobianos, incluyendo enjuagues de clorhexidina y barnices para equilibrar la flora microbiana de la boca y neutralizar el pH.
La estrategia utilizada para cada paciente se centra en las necesidades del mismo, pero es importante identificar a los individuos de alto riesgo tras una cuidadosa exploración bucal y una anamnesis. En el caso de los pacientes de bajo riesgo, debe considerarse la educación y la remineralización, mientras que en los pacientes de alto riesgo debe realizarse una intervención dental para detener la progresión de la caries.